Baja la 'contaminación interior'
Los niveles sanguíneos decompuestos tóxicos persistentes(CTP) descendieron de forma significativa en los habitantes de Barcelona entre 2002 y 2006. Los policlorobifenilos (PCB, productos de origen industrial que suelen contaminar a dosis bajas los alimentos grasos) disminuyeron más de un 30%; el DDT (plaguicida prohibido hace más de 30 años), descendió un 39%, mientras que los niveles de su principal metabolito, el DDE, lo hicieron un 53%. El hexaclorobenceno (un fungicida) y el beta-hexaclorociclohexano (un compuesto relacionado con el insecticida lindano) disminuyeron un 53% y un 50%, respectivamente. La magnitud del descenso en los niveles corporales de los tóxicos fue similar en mujeres y hombres, algo mayor en las personas más jóvenes, y mayor en las personas obesas.
Es la primera vez que una ciudad española analiza las concentraciones sanguíneas de compuestos tóxicos persistentes en dos momentos diferentes; tampoco lo ha hecho ninguna comunidad autónoma. Barcelona integró tales análisis en los sondeos o encuestas de salud que se realizaron en muestras representativas de su población en 2002 y 2006. Otras ciudades llevan a cabo encuestas de salud, pero ninguna ha analizado nunca la contaminación interna por CTP. En los dos años mencionados los métodos epidemiológicos y químicos fueron idénticos, garantizando así la validez de la comparación. Nuestro estudio lo publica la revista Science of the Total Environment. Los resultados, en líneas generales, deberían ser extrapolables al resto de España, aunque habría que estudiarlo y tener en cuenta los condicionantes de cada lugar.
Las razones de la disminución no están claras. Lo más verosímil es que se deba primordialmente a las políticas de control de los CTP en alimentos desarrolladas durante décadas por las autoridades y empresas que operan en la ciudad.
Las mezclas de CTP que habitualmente se detectan en las poblaciones del planeta tienen efectos inmunosupresores, inflamatorios, neurotóxicos, metabólicos, endocrinos, epigenéticos o cancerígenos. Existen amplios conocimientos científicos —aunque no siempre concluyentes, como es habitual en ciencia— de que estos compuestos aumentan el riesgo de diversos cánceres (como los linfomas no-Hodgkin), infertilidad, asma, párkinson, diabetes, problemas tiroideos o de aprendizaje. Es pues plausible que la contaminación por CTP explique una parte relevante de la carga de enfermedad que sufrimos.
Entre los ciudadanos existen grandes diferencias en su contaminación; por ejemplo, el nivel sanguíneo más alto de DDE hallado en una persona (8.227 nanogramos/gramo, ng/g) fue 1.100 veces superior al de quien tuvo menos (7 ng/g); las concentraciones de otros compuestos son en unas personas centenares de veces superiores a las de otras. Las razones de las diferencias interindividuales en la impregnación corporal por tóxicos no están claras, aunque esta suele aumentar con la edad y el peso.
miércoles, 14 de marzo de 2012
Las prótesis de cadera de metal, de nuevo en la picota
Sólo 10 días después de que las autoridades británicas recomendasen a los pacientes con un tipo de prótesis de cadera concreto revisiones anuales, la revista médica 'The Lancet' parece darle la puntilla definitiva a estos implantes, que utilizan el metal como material principal.
Las prótesis de cadera denominadas 'metal con metal' -porque utilizan este material en sus dos superficies de rozamiento (una especie de bola articulada que simula la cabeza femoral y la cúpula en la que se inserta)- experimentaron un 'boom' en todo el mundo después de la publicación de varios artículos sobre su resistencia y menor riesgo de dislocación.
Sin embargo, la práctica ha ido desmitificándolas y demostrando que presentan mayor tasa de complicaciones que las prótesis, por ejemplo, de cerámica o plástico en sus distintas combinaciones. En esta ocasión, el mayor registro sobre estos implantes que existe en el mundo ha permitido a un grupo de investigadores británicos tasar en un 6,2% el porcentaje de pacientes que requiere volver a pasar por el quirófano al cabo de cinco años (frente al 1,7% en el caso de metal-plástico y 2,3% para la cerámica-cerámica).
Ashley Blom, de la Universidad de Bristol (en Reino Unido), sugiere incluso que estos dispositivos deberían prohibirse, algo que han desmentido las autoridades británicas en declaraciones a la BBC: "Reconocemos que existe una evidencia creciente sobre su tasa de revisiones, pero esto no apoya por sí solo su retirada del mercado. Tomaremos medidas urgentes si fuese necesario", ha declarado Susanne Ludgate, directora clínica de la Agencia británica del Medicamento y Productos Sanitarios (MHRA, según sus siglas en inglés).
El doctor Joan Nardi Vilardaga, presidente de la comisión de docencia de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT), coincide en que esta cuestión no debe provocar alarma social, aunque admite que será el propio 'mercado' el que las vaya sacando de la circulación ahora que se conocen sus riesgos.
En el análisis que se publica, las más perjudicadas fueron las mujeres y aquéllos pacientes a quienes se les implantó una prótesis de mayor tamaño. "Durante un tiempo se pensó que con una cabeza mayor [la pieza que 'imita' al fémur] el riesgo de luxaciones sería menor y la movilidad para el paciente mayor", explica a ELMUNDO.es el doctor Miquel Pons, secretario de la Sociedad Española de Cirugía de la Cadera (SECCA) y adjunto del Hospital Sant Rafael de Barcelona. En cambio, el estudio advierte de que por cada milímetro que aumentaba la prótesis, crecía a su vez un 2% el riesgo de revisión. Las mujeres son también las grandes perjudicadas: las tasas de fracaso son hasta cuatro veces superiores.
El problema de las prótesis de cadera metal-metal radica en pequeñas partículas metálicas que pueden desprenderse del implante y resultar tóxicas en el organismo del paciente. Un modelo concreto, ASR de la marca Johnson&Johnson, ya tuvo que ser retirado del mercado en el año 2010 por los problemas inflamatorios y de dolor que ocasionaba a los pacientes operados. "Esto no quiere decir que todos los modelos metal-metal sean defectuosos, aunque es posible que trabajos como éste que se publica ahora obliguen a revisar estas prótesis dentro de unos años", añade el doctor Pons; aunque aclara que este tipo de cadera artificial esmucho menos habitual en España y otros países europeos que en EEUU, donde representan aproximadamente un tercio de todas las que se implantan.
En España no se ha tomado la medida implantada por el Reino Unido, que aconseja análisis sanguíneos cada año a los portadores de una cadera de metal, aunque el doctor Pons sí sugiere que los pacientes con estas prótesis deberían tener un seguimiento más estrecho, "y debe evitarse crear una innecesaria alarma social con sentencias como las de Ashley Blom". Nuestro país tampoco cuenta con una base de datos de artroplastias como el británico (con más de 400.000 pacientes registrados); "sólo lo hay en Cataluña desde hace años y comienzan ahora embriones en otras comunidades", añade Pons.
Por su parte, Nardi, jefe del servicio de Traumatología del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, tranquiliza a quienes lleven una prótesis de metal. "Una vez que el implante está bien adherido, quitarlo sería terrible, porque tendríamos que 'arrancarlo'"; explica. Por eso, recomienda, como sus colegas británicos, revisiones anuales.
Sólo 10 días después de que las autoridades británicas recomendasen a los pacientes con un tipo de prótesis de cadera concreto revisiones anuales, la revista médica 'The Lancet' parece darle la puntilla definitiva a estos implantes, que utilizan el metal como material principal.
Las prótesis de cadera denominadas 'metal con metal' -porque utilizan este material en sus dos superficies de rozamiento (una especie de bola articulada que simula la cabeza femoral y la cúpula en la que se inserta)- experimentaron un 'boom' en todo el mundo después de la publicación de varios artículos sobre su resistencia y menor riesgo de dislocación.

Sin embargo, la práctica ha ido desmitificándolas y demostrando que presentan mayor tasa de complicaciones que las prótesis, por ejemplo, de cerámica o plástico en sus distintas combinaciones. En esta ocasión, el mayor registro sobre estos implantes que existe en el mundo ha permitido a un grupo de investigadores británicos tasar en un 6,2% el porcentaje de pacientes que requiere volver a pasar por el quirófano al cabo de cinco años (frente al 1,7% en el caso de metal-plástico y 2,3% para la cerámica-cerámica).
Ashley Blom, de la Universidad de Bristol (en Reino Unido), sugiere incluso que estos dispositivos deberían prohibirse, algo que han desmentido las autoridades británicas en declaraciones a la BBC: "Reconocemos que existe una evidencia creciente sobre su tasa de revisiones, pero esto no apoya por sí solo su retirada del mercado. Tomaremos medidas urgentes si fuese necesario", ha declarado Susanne Ludgate, directora clínica de la Agencia británica del Medicamento y Productos Sanitarios (MHRA, según sus siglas en inglés).
El doctor Joan Nardi Vilardaga, presidente de la comisión de docencia de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT), coincide en que esta cuestión no debe provocar alarma social, aunque admite que será el propio 'mercado' el que las vaya sacando de la circulación ahora que se conocen sus riesgos.
En el análisis que se publica, las más perjudicadas fueron las mujeres y aquéllos pacientes a quienes se les implantó una prótesis de mayor tamaño. "Durante un tiempo se pensó que con una cabeza mayor [la pieza que 'imita' al fémur] el riesgo de luxaciones sería menor y la movilidad para el paciente mayor", explica a ELMUNDO.es el doctor Miquel Pons, secretario de la Sociedad Española de Cirugía de la Cadera (SECCA) y adjunto del Hospital Sant Rafael de Barcelona. En cambio, el estudio advierte de que por cada milímetro que aumentaba la prótesis, crecía a su vez un 2% el riesgo de revisión. Las mujeres son también las grandes perjudicadas: las tasas de fracaso son hasta cuatro veces superiores.
El problema de las prótesis de cadera metal-metal radica en pequeñas partículas metálicas que pueden desprenderse del implante y resultar tóxicas en el organismo del paciente. Un modelo concreto, ASR de la marca Johnson&Johnson, ya tuvo que ser retirado del mercado en el año 2010 por los problemas inflamatorios y de dolor que ocasionaba a los pacientes operados. "Esto no quiere decir que todos los modelos metal-metal sean defectuosos, aunque es posible que trabajos como éste que se publica ahora obliguen a revisar estas prótesis dentro de unos años", añade el doctor Pons; aunque aclara que este tipo de cadera artificial esmucho menos habitual en España y otros países europeos que en EEUU, donde representan aproximadamente un tercio de todas las que se implantan.
En España no se ha tomado la medida implantada por el Reino Unido, que aconseja análisis sanguíneos cada año a los portadores de una cadera de metal, aunque el doctor Pons sí sugiere que los pacientes con estas prótesis deberían tener un seguimiento más estrecho, "y debe evitarse crear una innecesaria alarma social con sentencias como las de Ashley Blom". Nuestro país tampoco cuenta con una base de datos de artroplastias como el británico (con más de 400.000 pacientes registrados); "sólo lo hay en Cataluña desde hace años y comienzan ahora embriones en otras comunidades", añade Pons.
Por su parte, Nardi, jefe del servicio de Traumatología del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, tranquiliza a quienes lleven una prótesis de metal. "Una vez que el implante está bien adherido, quitarlo sería terrible, porque tendríamos que 'arrancarlo'"; explica. Por eso, recomienda, como sus colegas británicos, revisiones anuales.
lunes, 5 de marzo de 2012
Críticas al estudio que duplica las muertes por malaria en el mundo
La revista 'Nature' recoge las dudas de algunos expertos en torno a las conclusiones del trabajo publicado la pasada semana en 'The Lancet' que señala que las muertes por malaria duplican los cálculos realizados hasta ahora. En concreto, ponen el acento en algunos de los métodos empleados para determinar las causas de la muerte de los pacientes.
Las conclusiones del estudio indicaban que las muertes provocadas por la malaria en el mundo en 2010 fueron 1,24 millones y no las 655.000 que había estimado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los autores, procedentes del instituto Metrics and Evaluation (IHME) de la Universidad de Washington en Seattle (EEUU), introdujeron una metodología llamada'autopsia verbal' que, como ya ha sucedido anteriormente, es cuestionada por algunos expertos.
El método consiste en hacer una reconstrucción del recorrido de un paciente desde que enferma hasta que muere, basándose en testimonios de amigos y familiares. "Es una herramienta roma; en algunos casos estan buena como lanzar una moneda al aire para determinar la causa de la muerte", critica en 'Nature' Bob Snow, del Grupo de Salud Pública y Epidemiología de Malaria del Centro de Medicina Geográfica de Nairobi (Kenia).
La autopsia verbal "puede ser útil cuando alguien ha muerto por una causa obvia, como ser atropellado por un autobús, pero no lo es con la mezcla de síntomas que acompañan a la malaria", continúa Snow, que fue uno de los revisores del trabajo. "En este trabajo, esencialmente, han cogido todas las muertes asociadas con fiebre y han asumido que se debían a la malaria. Ése es el problema fundamental", añade.
Estimaciones, no cifras reales
El problema a la hora de evaluar la mortalidad de enfermedades como la malaria o la tuberculosis es que un porcentaje muy importante de los casos y las muertes se producen en países y regiones en las que no existen registros fiables. Por eso, de vez en cuando se producen ajustes en las cifras mundiales derivados de cambios en los métodos de evaluación, como ya sucediera hace unos años con los datos del VIH/sida.
Pero esos cambios nunca indican la cifra real de casos o de muertes, son meras estimaciones. "No creo que ni el IHME ni la OMS sepan cuántas personas mueren de malaria en el mundo. La verdad es que nadie lo sabe a ciencia cierta. Pero éso no va a llegar a los titulares de prensa", se lamenta Snow.
Efectivamente, los resultados del estudio alcanzaron una gran difusión, no sólo por el ajuste en el número de víctimas sino también por otras de las conclusiones de los autores, como la elevada mortalidad del paludismo en adultos (433.000 más de las estimadas para 2010).
Kevin Marsh, presidente del Comité Asesor de Malaria de la OMS y colega de Snow ha criticado la contundencia con la que los autores hicieron sus conclusiones. "Han presentado estos números como si fueran 'reales', haciendo afirmaciones nada modestas como 'estos datos muestran' en lugar de 'creemos que esto indica'. Es una cuestión de lenguaje", señala. "En general, siempre es útil y estimulante tener nuevas estimaciones sobre una enfermedad, pero puede ser estéril discutir cuáles son mejores".
La revista 'Nature' recoge las dudas de algunos expertos en torno a las conclusiones del trabajo publicado la pasada semana en 'The Lancet' que señala que las muertes por malaria duplican los cálculos realizados hasta ahora. En concreto, ponen el acento en algunos de los métodos empleados para determinar las causas de la muerte de los pacientes.
Las conclusiones del estudio indicaban que las muertes provocadas por la malaria en el mundo en 2010 fueron 1,24 millones y no las 655.000 que había estimado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los autores, procedentes del instituto Metrics and Evaluation (IHME) de la Universidad de Washington en Seattle (EEUU), introdujeron una metodología llamada'autopsia verbal' que, como ya ha sucedido anteriormente, es cuestionada por algunos expertos.
El método consiste en hacer una reconstrucción del recorrido de un paciente desde que enferma hasta que muere, basándose en testimonios de amigos y familiares. "Es una herramienta roma; en algunos casos estan buena como lanzar una moneda al aire para determinar la causa de la muerte", critica en 'Nature' Bob Snow, del Grupo de Salud Pública y Epidemiología de Malaria del Centro de Medicina Geográfica de Nairobi (Kenia).
La autopsia verbal "puede ser útil cuando alguien ha muerto por una causa obvia, como ser atropellado por un autobús, pero no lo es con la mezcla de síntomas que acompañan a la malaria", continúa Snow, que fue uno de los revisores del trabajo. "En este trabajo, esencialmente, han cogido todas las muertes asociadas con fiebre y han asumido que se debían a la malaria. Ése es el problema fundamental", añade.
Estimaciones, no cifras reales
El problema a la hora de evaluar la mortalidad de enfermedades como la malaria o la tuberculosis es que un porcentaje muy importante de los casos y las muertes se producen en países y regiones en las que no existen registros fiables. Por eso, de vez en cuando se producen ajustes en las cifras mundiales derivados de cambios en los métodos de evaluación, como ya sucediera hace unos años con los datos del VIH/sida.
Pero esos cambios nunca indican la cifra real de casos o de muertes, son meras estimaciones. "No creo que ni el IHME ni la OMS sepan cuántas personas mueren de malaria en el mundo. La verdad es que nadie lo sabe a ciencia cierta. Pero éso no va a llegar a los titulares de prensa", se lamenta Snow.
Efectivamente, los resultados del estudio alcanzaron una gran difusión, no sólo por el ajuste en el número de víctimas sino también por otras de las conclusiones de los autores, como la elevada mortalidad del paludismo en adultos (433.000 más de las estimadas para 2010).
Kevin Marsh, presidente del Comité Asesor de Malaria de la OMS y colega de Snow ha criticado la contundencia con la que los autores hicieron sus conclusiones. "Han presentado estos números como si fueran 'reales', haciendo afirmaciones nada modestas como 'estos datos muestran' en lugar de 'creemos que esto indica'. Es una cuestión de lenguaje", señala. "En general, siempre es útil y estimulante tener nuevas estimaciones sobre una enfermedad, pero puede ser estéril discutir cuáles son mejores".
El autismo empieza a 'escribirse' en el cerebro a los seis meses
A los seis meses de edad, los niños con alto riesgo de desarrollar autismo ya presentan algunas diferencias cerebrales. Así lo desvela un equipo de expertos de la University of North Carolina (EEUU) en un artículo publicado en 'American Journal Psychiatry'.
Según sus conclusiones, se observan anomalías relacionadas con la cantidad y la organización de la sustancia blanca y con las interconexiones cerebrales durante la primera infancia. "Nunca se había estudiado en niños tan pequeños y con un seguimiento de dos años para ver cómo evolucionan", apunta Mara Parellada, psiquiatra infantojuvenil y coordinadora de la unidad AMI-TEA [atención integral a toda la población con trastornos del espectro autista] en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Dado que los síntomas del autismo suelen manifestarse después de los dos años de vida, los autores de esta investigación querían comprobar si el cerebro 'esconde' algunas pistas que puedan indicar antes el riesgo de desarrollar este trastorno. Para ello, seleccionaron a 92 niños que tenían hermanos mayores con autismo (un factor de alto riesgo). Mientras dormían, se les realizaba pruebas de imagen de resonancia magnética específica, a los seis meses y a los 24. Además, también se sometieron a escáneres celebrales a los 12 y los 24 meses.
Al final del estudio, es decir, transcurridos dos años, 28 niños (30%) reunían los criterios para diagnosticar un desorden del espectro autista. El resto, el 70%, no los cumplían. Como señalan los investigadores, la diferencia entre los que finalmente desarrollaban el trastorno y los que no, estaba en "la extensión de las fibras de materia blanca (las vías que conectan las regionescerebrales) medidas por anisotropía fraccional (FA).
El estudio examinó 15 tractos de fibras diferentes y encontró significativas diferencias en 12 de ellas cuando se trataba de niños con autismo. En los menores que presentaban el trastorno, la velocidad con la que se organizaba la sustancia blanca era menor.
Para el principal responsable de la investigación, Jason Wolff, "esta evidencia sugiere que el autismo afecta a todo el cerebro, no de forma aislada a ninguna región en particular". Además, agrega, "este prometedor hallazgo es un primer paso hacia la posibilidad de desarrollar un biomarcador de riesgo que mejore nuestra actual capacidad de diagnosticar el autismo". Esto aumentaría las posibilidades de "interrumpir el proceso con intervenciones dirigidas".
En esta misma línea la especialista española explica que "cuanto antes se detecta el riesgo de autismo, antes se puede intervenir y moldear el desarrollo cerebral del pequeño". No hay que olvidar que "es muy dependiente de la experiencia vital (cuanto más joven, más plasticidad tiene) y, estimulándolo adecuadamente, se puede cambiar la evolución. Cada vez hay más evidencia de que identificando antes a los niños con trastornos del desarrollo e interviniendo intensivamente, hay más niños que no llegan a cumplir criterios de autismo".

Según sus conclusiones, se observan anomalías relacionadas con la cantidad y la organización de la sustancia blanca y con las interconexiones cerebrales durante la primera infancia. "Nunca se había estudiado en niños tan pequeños y con un seguimiento de dos años para ver cómo evolucionan", apunta Mara Parellada, psiquiatra infantojuvenil y coordinadora de la unidad AMI-TEA [atención integral a toda la población con trastornos del espectro autista] en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Dado que los síntomas del autismo suelen manifestarse después de los dos años de vida, los autores de esta investigación querían comprobar si el cerebro 'esconde' algunas pistas que puedan indicar antes el riesgo de desarrollar este trastorno. Para ello, seleccionaron a 92 niños que tenían hermanos mayores con autismo (un factor de alto riesgo). Mientras dormían, se les realizaba pruebas de imagen de resonancia magnética específica, a los seis meses y a los 24. Además, también se sometieron a escáneres celebrales a los 12 y los 24 meses.
Al final del estudio, es decir, transcurridos dos años, 28 niños (30%) reunían los criterios para diagnosticar un desorden del espectro autista. El resto, el 70%, no los cumplían. Como señalan los investigadores, la diferencia entre los que finalmente desarrollaban el trastorno y los que no, estaba en "la extensión de las fibras de materia blanca (las vías que conectan las regionescerebrales) medidas por anisotropía fraccional (FA).
El estudio examinó 15 tractos de fibras diferentes y encontró significativas diferencias en 12 de ellas cuando se trataba de niños con autismo. En los menores que presentaban el trastorno, la velocidad con la que se organizaba la sustancia blanca era menor.
Para el principal responsable de la investigación, Jason Wolff, "esta evidencia sugiere que el autismo afecta a todo el cerebro, no de forma aislada a ninguna región en particular". Además, agrega, "este prometedor hallazgo es un primer paso hacia la posibilidad de desarrollar un biomarcador de riesgo que mejore nuestra actual capacidad de diagnosticar el autismo". Esto aumentaría las posibilidades de "interrumpir el proceso con intervenciones dirigidas".
En esta misma línea la especialista española explica que "cuanto antes se detecta el riesgo de autismo, antes se puede intervenir y moldear el desarrollo cerebral del pequeño". No hay que olvidar que "es muy dependiente de la experiencia vital (cuanto más joven, más plasticidad tiene) y, estimulándolo adecuadamente, se puede cambiar la evolución. Cada vez hay más evidencia de que identificando antes a los niños con trastornos del desarrollo e interviniendo intensivamente, hay más niños que no llegan a cumplir criterios de autismo".
Los somníferos, relacionados con una mayor mortalidad
Las pastillas para dormir son cada vez más utilizadas por una población estresada y con numerosos problemas que no permiten conciliar el sueño. Sin embargo, y a pesar de su eficacia, dejar el descanso nocturno en manos de la química entraña un riesgo 4,6 veces mayor de muerte y un 35% más de probabilidad de desarrollar un cáncer, según los datos de un estudio.
Aproximadamente un 9% de los españoles entre los 15 y los 64 años toma somníferos, según datos de 2009 del Observatorio Español sobre Drogas . Ese porcentaje se eleva al 47% entre las personas que están siendo tratadas por consumo de cocaína o de heroína. El estrés, la ansiedad o la depresión son algunos de los problemas que conllevan una alteración del sueño, de ahí que cada vez más personas recurran a los somníferos para dormir cuya venta supone cada año de unos 1.500 millones de dólares.
En 1979, el estudio Prevención del Cáncer de la Sociedad Americana de Oncología encontró que tanto fumar como tomar somníferos estaban asociados con un aumento de muertes. Ese fue el primero de una serie de investigaciones que han evaluado la mortalidad relacionada con el consumo de estos fármacos, sin embargo, los resultados han sido muy variables. De ahí que investigadores de diferentes centros médicos de Estados Unidos hayan querido evaluar esta relación en un nuevo estudio que ahora publica sus datos la revista on line 'BMJ Open'.
Tras analizar los datos de 10.531 personas a las que se les prescribió benzodiacepinas u otros medicamentos para dormir durante una media de 2,5 años y a otras 23.674 que no tomaban dichos fármacos, los investigadores observaron que el riesgo de muerte por cualquier causa era 4,6 veces mayor. Y esta mayor tendencia a morir se dio también entre las personas que recibieron sólo de uno a 18 somníferos al año, en ellas el riesgo de muerte fue un 3,6 veces que una persona sin este tratamiento.
El fármaco más recetado fue zolpidem (stilnox, nombre comercial) y temazepam (restoril) el menos frecuente. El primero de estos medicamentos se relacionó con un riesgo 14 veces superior de enfermedad coronaria, 40 veces mayor de hipertensión y 18 veces superior de diabetes. Unas cifras similares se detectaron también con temazepam.
En relación al cáncer, el análisis mostró que estos somníferos aumentaban un 35% la probabilidad de tener una enfermedad oncológica. La explicación de ese aumento no está clara, sin embargo, los autores indican que se detectó una mayor regurgitación en las personas que tomaban estos fármacos lo que puede causar daño esofágico y cáncer.
"Lo que nuestro estudio muestra es que las pastillas para dormir son peligrosas para tu salud y podría causar muerte al contribuir en la aparición del cáncer, la enfermedad cardiaca y otros trastornos", explica uno de los autores de este estudio, Daniel F. Kripke, médico del Centro del Sueño Viterbi Family en San Diego, California (EEUU).
Por este motivo, aconsejan optar por otro tipo de terapias como la cognitiva-conductual que para el insomnio crónico puede ser más exitosa que los somníferos.
Limitaciones y cautela
No obstante, y a pesar de la contundencia de los datos, los autores de este trabajo señalan sus limitaciones: "Es importante comentar quenuestros resultados se basan en datos observacionales y, aunque hicimos todo para poder asegurar su validez, es posible que otros factores expliquen estas relaciones", aclara Lawrence E. Kline, director médico del Centro del Sueño Viterbi Family. "Esperamos que nuestro trabajo estimule una investigación adicional en este área utilizando información de otras poblaciones".
En esta línea, Juan José Carballo, psiquiatra de la Fundación Hospital Jiménez Díaz de Madrid, comenta que esta investigación "tiene una limitación mayor que es la de ser un estudio de seguimiento de cohorte, en el que no es posible determinar la causalidad de la asociación establecida. Además, factores de confusión tan importantes como los trastornos psiquiátricos no pudieron incluirse en el estudio por limitaciones de la base de datos. Son necesarios más estudios para poder establecer una clara relación".
"A pesar de las limitaciones, los autores subrayan una idea que considero que es el mensaje a reflexionar y es el valorar de una forma adecuada los beneficios y riesgos de cualquier tratamiento farmacológico, especialmente si los pacientes pueden beneficiarse de otras estrategias terapéuticas", concluye Carballo.
Las pastillas para dormir son cada vez más utilizadas por una población estresada y con numerosos problemas que no permiten conciliar el sueño. Sin embargo, y a pesar de su eficacia, dejar el descanso nocturno en manos de la química entraña un riesgo 4,6 veces mayor de muerte y un 35% más de probabilidad de desarrollar un cáncer, según los datos de un estudio.
Aproximadamente un 9% de los españoles entre los 15 y los 64 años toma somníferos, según datos de 2009 del Observatorio Español sobre Drogas . Ese porcentaje se eleva al 47% entre las personas que están siendo tratadas por consumo de cocaína o de heroína. El estrés, la ansiedad o la depresión son algunos de los problemas que conllevan una alteración del sueño, de ahí que cada vez más personas recurran a los somníferos para dormir cuya venta supone cada año de unos 1.500 millones de dólares.
En 1979, el estudio Prevención del Cáncer de la Sociedad Americana de Oncología encontró que tanto fumar como tomar somníferos estaban asociados con un aumento de muertes. Ese fue el primero de una serie de investigaciones que han evaluado la mortalidad relacionada con el consumo de estos fármacos, sin embargo, los resultados han sido muy variables. De ahí que investigadores de diferentes centros médicos de Estados Unidos hayan querido evaluar esta relación en un nuevo estudio que ahora publica sus datos la revista on line 'BMJ Open'.
Tras analizar los datos de 10.531 personas a las que se les prescribió benzodiacepinas u otros medicamentos para dormir durante una media de 2,5 años y a otras 23.674 que no tomaban dichos fármacos, los investigadores observaron que el riesgo de muerte por cualquier causa era 4,6 veces mayor. Y esta mayor tendencia a morir se dio también entre las personas que recibieron sólo de uno a 18 somníferos al año, en ellas el riesgo de muerte fue un 3,6 veces que una persona sin este tratamiento.
El fármaco más recetado fue zolpidem (stilnox, nombre comercial) y temazepam (restoril) el menos frecuente. El primero de estos medicamentos se relacionó con un riesgo 14 veces superior de enfermedad coronaria, 40 veces mayor de hipertensión y 18 veces superior de diabetes. Unas cifras similares se detectaron también con temazepam.
En relación al cáncer, el análisis mostró que estos somníferos aumentaban un 35% la probabilidad de tener una enfermedad oncológica. La explicación de ese aumento no está clara, sin embargo, los autores indican que se detectó una mayor regurgitación en las personas que tomaban estos fármacos lo que puede causar daño esofágico y cáncer.
"Lo que nuestro estudio muestra es que las pastillas para dormir son peligrosas para tu salud y podría causar muerte al contribuir en la aparición del cáncer, la enfermedad cardiaca y otros trastornos", explica uno de los autores de este estudio, Daniel F. Kripke, médico del Centro del Sueño Viterbi Family en San Diego, California (EEUU).
Por este motivo, aconsejan optar por otro tipo de terapias como la cognitiva-conductual que para el insomnio crónico puede ser más exitosa que los somníferos.
Limitaciones y cautela
No obstante, y a pesar de la contundencia de los datos, los autores de este trabajo señalan sus limitaciones: "Es importante comentar quenuestros resultados se basan en datos observacionales y, aunque hicimos todo para poder asegurar su validez, es posible que otros factores expliquen estas relaciones", aclara Lawrence E. Kline, director médico del Centro del Sueño Viterbi Family. "Esperamos que nuestro trabajo estimule una investigación adicional en este área utilizando información de otras poblaciones".
En esta línea, Juan José Carballo, psiquiatra de la Fundación Hospital Jiménez Díaz de Madrid, comenta que esta investigación "tiene una limitación mayor que es la de ser un estudio de seguimiento de cohorte, en el que no es posible determinar la causalidad de la asociación establecida. Además, factores de confusión tan importantes como los trastornos psiquiátricos no pudieron incluirse en el estudio por limitaciones de la base de datos. Son necesarios más estudios para poder establecer una clara relación".
"A pesar de las limitaciones, los autores subrayan una idea que considero que es el mensaje a reflexionar y es el valorar de una forma adecuada los beneficios y riesgos de cualquier tratamiento farmacológico, especialmente si los pacientes pueden beneficiarse de otras estrategias terapéuticas", concluye Carballo.
Los soldados utilizados como 'conejillos de indias' denuncian al Gobierno de EEUU
Desde gases nerviosos hasta drogas psicotrópicas. Entre los años 1955 y 1975, en las instalaciones militares de Edgewood Arsenal (Maryland, EEUU) al menos 7.800 soldados fueron utilizados como conejillos de indias en multitud de experimentos. Su participación va saliendo a la luz a medida que los documentos que detallan en estos ensayos se desclasifican. Algunos de estos jóvenes, veteranos ya, han demandado al Gobierno.
Lo que sucedía en Edgewood era alto secreto. El Proyecto 112, aprobado durante el mandato de John F. Kennedy durante la Guerra Fría que 'enfrentó' a EEUU con la Unión Soviética, experimentó en soldados con una amplia variedad de compuestos. Dos documentos desclasificados ahora detallan los ensayos con BZ, un incapacitante, y la droga alucinógena LSD.
El objetivo era comprender los efectos de estos agentes químicos para desarrollar formas de combatirlos, en caso de sufrir un ataque, perotambién se analizaba su potencial como arma. Un vídeo obtenido por la 'CNN' habla de posibles usos ofensivos de uno de estos compuestos. También hay documentos que describen los tests y otros que se utilizaron como propaganda para reclutar voluntarios.
' Nada te va a hacer daño'
Este medio estadounidense recoge el testimonio de uno de los soldados que pasó por las instalaciones de Edgewood. Tim Josephs, de 63 años, pasó dos meses allí durante 1968 y fue sometido a varios experimentos con compuestos de los que nunca supo el nombre o la acción.
"A veces era una inyección. Otras veces una pastilla", ha explicado Josephs a la 'CNN'. "Muchos de los productos eran llamados agente uno y agente dos". Cuando el entonces soldado preguntaba acerca de la seguridad de estos ensayos, la respuesta siempre era la misma: "No hay nada aquí que te vaya a hacer daño".
Según las investigaciones y los documentos disponibles, se usaron compuestos rechazados por las farmacéuticas por sus riesgos y las dosis que se les administraban superaban en ocasiones el umbral de toxicidad -causando incluso algunas muertes-.
Pero las sesiones no siempre fueron inocuas. Según su relato, días después de que terminara su 'voluntariado' empezó a experimentar síntomas similares a los del Parkinson, con temblores que le han acompañado toda la vida y que por los que tuvo que recibir tratamiento. Años después, los médicos le diagnosticaron Parkinson.
Armas químicas
Josephs cree que todo es culpa de lo que vivió aquellos dos meses y por eso se ha sumado a la demanda conjunta contra el Departamento de Asuntos de los Veteranos. Creen que el Gobierno debe compensarles y que es su obligación ponerse en contacto con los, al menos, 7.800 soldados que pasaron por Edgewood y comunicarles a qué fueron expuestos exactamente.
"Empezando a principios de la década de los 50, el programa de experimentación con humanos se expandió, planeado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Ejército de EEUU, y organizó y ejecutó una amplia serie de experimentos que implicaban potenciales armas químicas y biológicas", recoge la denuncia.
Estas pruebas, continúa el texto, "se realizaron sin el consentimiento informado de los sujetos y contraviniendo los estándares legales y los principios de la ley internacional [...] La táctica y estrategia de los acusados ha sido ignorar a las víctimas y retrasar las acciones con la esperanza de que los problemas desaparecieran a medida que las víctimas envejecían y morían".
Desde gases nerviosos hasta drogas psicotrópicas. Entre los años 1955 y 1975, en las instalaciones militares de Edgewood Arsenal (Maryland, EEUU) al menos 7.800 soldados fueron utilizados como conejillos de indias en multitud de experimentos. Su participación va saliendo a la luz a medida que los documentos que detallan en estos ensayos se desclasifican. Algunos de estos jóvenes, veteranos ya, han demandado al Gobierno.

Lo que sucedía en Edgewood era alto secreto. El Proyecto 112, aprobado durante el mandato de John F. Kennedy durante la Guerra Fría que 'enfrentó' a EEUU con la Unión Soviética, experimentó en soldados con una amplia variedad de compuestos. Dos documentos desclasificados ahora detallan los ensayos con BZ, un incapacitante, y la droga alucinógena LSD.
El objetivo era comprender los efectos de estos agentes químicos para desarrollar formas de combatirlos, en caso de sufrir un ataque, perotambién se analizaba su potencial como arma. Un vídeo obtenido por la 'CNN' habla de posibles usos ofensivos de uno de estos compuestos. También hay documentos que describen los tests y otros que se utilizaron como propaganda para reclutar voluntarios.
' Nada te va a hacer daño'
Este medio estadounidense recoge el testimonio de uno de los soldados que pasó por las instalaciones de Edgewood. Tim Josephs, de 63 años, pasó dos meses allí durante 1968 y fue sometido a varios experimentos con compuestos de los que nunca supo el nombre o la acción.
"A veces era una inyección. Otras veces una pastilla", ha explicado Josephs a la 'CNN'. "Muchos de los productos eran llamados agente uno y agente dos". Cuando el entonces soldado preguntaba acerca de la seguridad de estos ensayos, la respuesta siempre era la misma: "No hay nada aquí que te vaya a hacer daño".
Según las investigaciones y los documentos disponibles, se usaron compuestos rechazados por las farmacéuticas por sus riesgos y las dosis que se les administraban superaban en ocasiones el umbral de toxicidad -causando incluso algunas muertes-.
Pero las sesiones no siempre fueron inocuas. Según su relato, días después de que terminara su 'voluntariado' empezó a experimentar síntomas similares a los del Parkinson, con temblores que le han acompañado toda la vida y que por los que tuvo que recibir tratamiento. Años después, los médicos le diagnosticaron Parkinson.
Armas químicas
Josephs cree que todo es culpa de lo que vivió aquellos dos meses y por eso se ha sumado a la demanda conjunta contra el Departamento de Asuntos de los Veteranos. Creen que el Gobierno debe compensarles y que es su obligación ponerse en contacto con los, al menos, 7.800 soldados que pasaron por Edgewood y comunicarles a qué fueron expuestos exactamente.
"Empezando a principios de la década de los 50, el programa de experimentación con humanos se expandió, planeado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Ejército de EEUU, y organizó y ejecutó una amplia serie de experimentos que implicaban potenciales armas químicas y biológicas", recoge la denuncia.
Estas pruebas, continúa el texto, "se realizaron sin el consentimiento informado de los sujetos y contraviniendo los estándares legales y los principios de la ley internacional [...] La táctica y estrategia de los acusados ha sido ignorar a las víctimas y retrasar las acciones con la esperanza de que los problemas desaparecieran a medida que las víctimas envejecían y morían".
Los científicos dan por finalizada la erupción volcánica submarina de El Hierro
La erupción volcánica submarina que se registraba en el Mar de las Calmas, en la isla de El Hierro, ha finalizado, según el comité científico del Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca).
Así lo ha anunciado este lunes el director general de Seguridad y Emergencia del Gobierno de Canarias,Juan Manuel Santana, al finalizar la reunión del comité científico del Pevolca cuyos integrantes han sido unánimes sobre la finalización de la erupción.
Sin embargo,Juan Manuel Santana ha precisado que, en principio, continúa el proceso eruptivo que se detecta en El Hierro desde el 19 de julio, por lo que continuarán las medidas de vigilancia científicas, y en cuanto a las que afectan a la población, se comunicarán en las próximas horas.
El proceso volcánico no ha termnado
La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, afirmó que todo hace indicar que la erupción en el sur de La Restinga ha terminado, puesto que no hay evidencias instrumentales ni visuales de que continúe, aunque no el proceso volcánico que comenzó en julio ya que se mantienen los indicadores de sismicidad y de deformación del terreno.
Blanco señaló que desde hace días ha desaparecido la señal del tremor volcánico que se detectaba en las estaciones sísmicas del IGN y no hay un patrón definido en cuanto a la deformación del terreno.
Además, la tripulación del avión de Salvamento Marítimo que sobrevolaba a diario la zona de la erupción, en el Mar de las Calmas, comunicó que ni con sensores infrarrojos podían detectar el centro de la emisión, el foco eruptivo, en la superficie marina.
La directora del IGN admitió que no se sabe cuánto tiempo tardará en recuperarse la normalidad porque no se ha registrado en Canarias un proceso posteruptivo como éste, por lo que continuarán las labores de vigilancia que se han mantenido en El Hierro desde el principio.
Según los últimos datos corregidos de la batimetría realizada en la zona, el cono principal de la erupción submarina se ha quedado a 88 metros de la superficie.
El director general señaló que previamente a la reunión del comité científico hubo una comisión de seguimiento con todos los investigadores que han vigilado el proceso eruptivo y que informaron a la dirección del Pevolca "de forma concluyente y unánime" que la erupción submarina al sur de El Hierro ha finalizado.
Precisó asimismo que ante esta nueva situación, la dirección del Pevolca decidirá ahora qué determinación adoptar en cuanto a las medidas de protección civil que se habían puesto en marcha con motivo de la erupción, y se comunicarán a la población.
Seguirá el semáforo amarillo
"Hay que analizar todos los datos transmitidos por el comité científico pero el proceso volcánico no ha terminado, lo que obliga a seguir manteniendo el semáforo amarillo en la isla y posiblemente se tomen determinaciones en cuanto a la zona de la erupción submarina -que continuaba en rojo- en función de que ha finalizado", dijo Santana.
En cuanto los indicadores remitan y vuelvan a la normalidad se procederá a declarar el semáforo verde en El Hierro, aunque a falta de consultar con la dirección del Pevolca, la idea es mantener una zona de exclusión marítima sobre el área de la erupción submarina porque las condiciones del agua aún no son idóneas, añadió.
María José Blanco dijo además que para los científicos ahora empieza la fase de estudiar y "exprimir" los datos, y Juan Manuel Santana precisó que esto permitirá un mayor conocimiento de todo lo que ha pasado y abordar fenómenos de este tipo.

La erupción volcánica submarina que se registraba en el Mar de las Calmas, en la isla de El Hierro, ha finalizado, según el comité científico del Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca).
Así lo ha anunciado este lunes el director general de Seguridad y Emergencia del Gobierno de Canarias,Juan Manuel Santana, al finalizar la reunión del comité científico del Pevolca cuyos integrantes han sido unánimes sobre la finalización de la erupción.
Sin embargo,Juan Manuel Santana ha precisado que, en principio, continúa el proceso eruptivo que se detecta en El Hierro desde el 19 de julio, por lo que continuarán las medidas de vigilancia científicas, y en cuanto a las que afectan a la población, se comunicarán en las próximas horas.
El proceso volcánico no ha termnado
La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, afirmó que todo hace indicar que la erupción en el sur de La Restinga ha terminado, puesto que no hay evidencias instrumentales ni visuales de que continúe, aunque no el proceso volcánico que comenzó en julio ya que se mantienen los indicadores de sismicidad y de deformación del terreno.
Blanco señaló que desde hace días ha desaparecido la señal del tremor volcánico que se detectaba en las estaciones sísmicas del IGN y no hay un patrón definido en cuanto a la deformación del terreno.
Además, la tripulación del avión de Salvamento Marítimo que sobrevolaba a diario la zona de la erupción, en el Mar de las Calmas, comunicó que ni con sensores infrarrojos podían detectar el centro de la emisión, el foco eruptivo, en la superficie marina.
La directora del IGN admitió que no se sabe cuánto tiempo tardará en recuperarse la normalidad porque no se ha registrado en Canarias un proceso posteruptivo como éste, por lo que continuarán las labores de vigilancia que se han mantenido en El Hierro desde el principio.
Según los últimos datos corregidos de la batimetría realizada en la zona, el cono principal de la erupción submarina se ha quedado a 88 metros de la superficie.
El director general señaló que previamente a la reunión del comité científico hubo una comisión de seguimiento con todos los investigadores que han vigilado el proceso eruptivo y que informaron a la dirección del Pevolca "de forma concluyente y unánime" que la erupción submarina al sur de El Hierro ha finalizado.
Precisó asimismo que ante esta nueva situación, la dirección del Pevolca decidirá ahora qué determinación adoptar en cuanto a las medidas de protección civil que se habían puesto en marcha con motivo de la erupción, y se comunicarán a la población.
Seguirá el semáforo amarillo
"Hay que analizar todos los datos transmitidos por el comité científico pero el proceso volcánico no ha terminado, lo que obliga a seguir manteniendo el semáforo amarillo en la isla y posiblemente se tomen determinaciones en cuanto a la zona de la erupción submarina -que continuaba en rojo- en función de que ha finalizado", dijo Santana.
En cuanto los indicadores remitan y vuelvan a la normalidad se procederá a declarar el semáforo verde en El Hierro, aunque a falta de consultar con la dirección del Pevolca, la idea es mantener una zona de exclusión marítima sobre el área de la erupción submarina porque las condiciones del agua aún no son idóneas, añadió.
María José Blanco dijo además que para los científicos ahora empieza la fase de estudiar y "exprimir" los datos, y Juan Manuel Santana precisó que esto permitirá un mayor conocimiento de todo lo que ha pasado y abordar fenómenos de este tipo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)