Un catálogo de galaxias en infrarrojo captadas desde Tierra
Un equipo de astrónomos en el observatorio Jodrell Bank ha logrado captar imágenes de lejanas galaxias con una precisión sin precedentes, que ya fueron fotografiadas por el telescopio espacial Hubble a mediados de los 90 y que ahora han propiciado nuevos hallazgos.
Este telescopio hizo posible el descubrimiento de galaxias situadas a miles de millones de años luz. Ahora, los astrónomos han utilizado en sus observaciones una red de radiotelescopios situados en Reino Unido que están unidos con fibra óptica y otra red de radiotelescopios de Nuevo México (EVLA) para analizar de nuevo esa zona y han captado galaxias situadas a 7.000 millones de años luz con un detalle jamás logrado hasta ahora.
Los resultados, presentados por Nick Wrigley en la reunión anual de la Asociación de Astronomía germano-británica, se basan en la técnica conocida como interferometría, que simula ser un gigantesco radiotelescopio mediante el enlace por fibra óptica de varios situados a cientos de kilómetros.
En la misma reunión, George Bendo, anunció que a finales de año estarán disponibles en la red las imágenes en infrarrojo de más de 200 galaxias que fueron captadas por el telescopio Spitzer y que no ha sido hechas públicas hasta ahora. Algunas de ellas pueden verse ahora en la web del Jodrell Bank Center of Astrophisic.
Universo joven
Las primeras imágenes del proyecto, que durará varios años, captan objetos tan difíciles de ver como una moneda de 20 céntimos a cinco kilómetros de distancia. Aquellas en las que se ven dos galaxias se captaron gracias a la red, llamada e-MERLIN, tan precisa que permite distinguir desde la Tierra diferentes tipos de galaxias, identificando incluso aquellas que están perdiendo material por agujeros negros supermasivos.
Algunas de las galaxias del catálogo que han presentado se encuentran a 12.000 millones de años luz, cuando el Universo era muy joven: tenía un 10% de su edad actual.
Pero estos resultados, presentados en Manchester, son apenas el inicio de un análisis que durará años y que permiten examinar las posibilidades que ofrece la conexión por banda ancha de las instalaciones en tierra. Para ello, recuerdan los astrónomos, es fundamental que las redes generen datos que sean compatibles entre sí.
Las primeras imágenes fueron hechas con tiempos de exposición relativamente cortos, pero el proyecto completo incluirá las observaciones largas recolectadas en las varias bandas anchas dentro del espectro de radio que genera una combinación sin igual de sensibilidad y de detalle.
El examen medirá en última instancia la formación de estrellas masivas. Usando las observaciones más exactas de e-MERLIN, será posible producir modelos más exactos del proceso físico de la formación de estrellas dentro de racimos de estrella en tales galaxias y ayudar a contestar a algunas de las muchas preguntas afrontadas por la astronomía actual.
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