miércoles, 25 de abril de 2012


Cinco trucos para que los niños no lloren al vacunarlos

Uno de los momentos que más estrés provocan entre los padres y los niños es la vacunación. Los padres sufren al ver como su bebés, especialmente cuando son muy pequeños, lloran al ser vacunados. Al ser algo inevitable, los más habitual es que el bebé llore desconsoladamente durante un buen rato después de ser vacunados lo que hace que muchos padres se cuestionen si realmente compensa o no vacunar a sus hijos.


Hace años, Harvey Karp, un pediatra de EE.UU., en su libro The Happiest Baby on the Block, sugería una serie de trucos para calmar a los bebés. Los consejos se denominaban las «5 S», debido a que en inglés se definen con palabras que comienzan con «s»: swaddling (envolver al bebé), side/stomach position (colocarlo de lado o boca abajo), shushing (hacer «shhhh»), swinging (acunarlo o mecerlo), ysucking, (darle el chupete). Cinco trucos para que los niños no lloren al vacunarlos

El resultado, explica John W. Harrington, coordinador de una investigación que se publica enPediatrics, produce un efecto analgésico que mitiga el dolor del bebé y disminuye su llanto.

Ahora, su equipo del Hospital de Norfolk (EE.UU.), ha analizado el efecto de esta metodología en 230 bebés de entre dos y cuatro meses de vida que recibieron las vacunas de rutina. Los niños se dividieron en 4 grupos: al primero se le dio un poco agua antes de la vacuna; a otro agua azucarada, mientras que los otros recibieron agua o agua azucarada antes de las vacunas y se les aplicaron los trucos de las «5 S»después del pinchazo.

Sin dolor

Los resultados mostraron diferentes puntuaciones de dolor, excepto en los bebés que fueron atendidos con los consejos del pediatra Harvey Karp. De hecho, estos niños tuvieron menos signos de dolor y dejaron de llorar antes. Sólo unos pocos seguían llorando un minuto después de la vacunación, comparado con la mitad de los bebés del grupo de control y el 30 por ciento del grupo que sólo había recibido agua azucarada.


Los autores creen que esta metodología actúa de cómo distracción para los niños. De alguna manera, dice Harrington, al brindarles comodidad física y una voz tranquilizadora, «abordamos el mecanismo natural de alivio de los bebés».

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