La inutilidad real de los test genómicos
Al ritmo que avanza la técnica, es más que probable que dentro de pocos años (cada vez menos), cualquiera pueda secuenciar su propio genoma por unos pocos euros. Sin embargo, la utilidad real de estos test está en entredicho a juzgar por el último análisis que acaba de publicar la revista'Science Traslational Medicine'.
Más allá del capricho de unos pocos, o de algunas experiencias en el terreno experimental, el análisis del genoma completo de un individuoestá aún lejos de convertirse en una herramienta útil en la práctica clínica diaria.
Así lo advierten Bert Vogelstein y su equipo, del Instituto Howard Hughes (en Baltimore, EEUU), después de analizar a miles de gemelos cuyos datos están almacenados en bases de datos de Suecia, Dinamarca, Finlandia, Noruega y EEUU. "Gemelos idénticos comparten un genoma idéntico y, por tanto, los mismos factores genéticos de riesgo", explican los investigadores, que utilizaron un modelo matemático para predecir las probabilidades de cada par de individuos de padecer una lista de 24 patologías (cáncer, ictus, patologías cardiovasculares, neurológicas, autoinmunes...) en comparación con el riesgo medio de la población general.
Con este modelo predictivo, diseñado por el hijo del propio Vogelstein, la mayoría de sujetos obtuvo un resultado negativo para 23 de las 24 enfermedades; lo que no quiere decir, ni mucho menos, que estén cien por cien libres de riesgo de padecer alguna de ellas a lo largo de su vida.
"Por ejemplo, sólo un 2% de las mujeres que se someten a un análisis del genoma completo recibirá un resultado positivo para un posible cáncer de ovario a lo largo de su vida", explica otro de los firmantes, Kenneth Kinzler. Eso no quiere decir que el 98% de las mujeres tenga garantías de que no va a padecer la enfermedad a lo largo de su vida.
"Los test genómicos no son un sustituto adecuado de las actuales estrategias de prevención", advierte Vogelstein. De momento, pues, las pruebas de diagnóstico precoz y las recomendaciones de prevención, como no fumar, siguen siendo la norma de oro para reducir el riesgo de numerosas enfermedades.
A su juicio, algunos individuos podrían pensar erróneamente que no padecerán ciertas enfermedades si su genoma no advierte de ellas; lo que resta valor informativo a dichos análisis. "No se puede concluir que dichos test sean útiles o inútiles en un sentido absoluto; su utilidad dependerá de sus resultados, de cada individuo, de sus perspectivas... Y reconocer estas limitaciones será de gran utilidad para la industria, las compañías de seguros, las autoridades sanitarias y los consumidores", rematan.
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